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sábado, 6 de julio de 2024

LA JUSTA IRA DE DIOS



 “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifestado, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” (Romanos 1:18-19)

En su presentación del evangelio, Pablo empieza explicando las razones que han motivado la justa ira de Dios contra el hombre y demuestra la culpabilidad de éste: 

PRIMERA RAZÓN: DIOS SE HA REVELADO Y NO LE HAN CREÍDO

Dios se ha manifestado a la humanidad a través de su Creación. El universo refleja el poder y la perfección de su Creador. No hay excusas, pues la Creación de Dios es evidente y tangible. No obstante, desde que el hombre desobedeció a Dios en el jardín del Edén, han surgido mentes que, con una lógica completamente ilógica, atribuyen la Creación a una explosión cósmica, la teoría del Big Bang. Otros la adjudican a la evolución. En definitiva, todas estas teorías absurdas buscan anular la realidad de un Dios omnipotente y negar su existencia.

LA SEGUNDA RAZÓN: EL HOMBRE LE HA DADO LA ESPALDA A ESA REVELACIÓN

El hombre le ha dado la espalda a Dios y Dios ha descargado su ira visible contra él. En los siguientes pasajes podemos constatarlo:

1. Adán y Eva, vieron la gloria de Dios, estuvieron cerca de Él y hablaban con Él. Después de pecar, se escondieron de Dios. Le dieron la espalda. (Génesis 3:6-7)

Ira de Dios: Les echa del Paraíso, los condena a muerte eterna y maldice la tierra. (Génesis 3:15-19)

2. Al multiplicarse el hombre, vio Dios que la maldad era mucha en la tierra (Génesis 6:5)

Ira de Dios: Envía un diluvio que destruyó todo lo que tenía vida (Génesis 7:21)

3. El orgullo del hombre cree que puede llegar al cielo sin necesidad de la ayuda de Dios, entonces deciden construir la torre de Babel. (Génesis 11:4)

Ira de Dios: Confunde el lenguaje de toda la tierra. (Génesis 11:9)

4. Sodoma y Gomorra caen en la depravación completa, la inmoralidad sexual es insufrible. (Génesis 18:20)

Ira de Dios: Envía fuego y azufre, destruye a las dos ciudades y a sus habitantes. (Génesis 19:24)

5. El pueblo de Israel continuamente violenta las leyes morales de Dios (Génesis Cap. 30 al 56)

Ira de Dios: Israel es sometido a esclavitud en Egipto, por 430 años. (Éxodo 12:40)

6. El pueblo de Israel, después de ser liberado por Dios, de la esclavitud, le da la espalda y hacen un becerro de oro para adorarle como a un dios. (Éxodo 32:7-8)

Ira de Dios: Se encendió la ira de Dios e hirió al pueblo, matando ese día a 23000. (Éxodo 32:35 y 1ª Corintios 10:8)

El Antiguo Testamento detalla numerosas ocasiones en las que la humanidad se alejó de Dios y cómo Él respondió con ira y sin misericordia. Sin embargo, los ejemplos mencionados son suficientes para ilustrar este punto.

7. Llegamos al Nuevo Testamento y vemos que Dios le muestra su gloria al hombre, una vez más. Envía a su Hijo unigénito: le humillan, le escarnecen, le rechazan y le crucifican. Hoy también le siguen rechazando, tanto incrédulos como practicantes de falsas religiones cristianas.

LA TERCERA RAZÓN: EL HOMBRE NO HA GLORIFICADO A DIOS NI LE HA DADO GRACIAS

¿Qué significa glorificar a Dios? Es confesar que Jesucristo es Dios y Señor de nuestra vida. (Filipenses 2:11) Que sólo por medio de Él podemos ser salvos y tener vida eterna.

Dios siente ira por la humanidad que ha rechazado a Su Hijo y ejecutará su juicio el “Día de la ira de Dios.”

LA CUARTA RAZÓN: EL HOMBRE SE ENVANECIÓ EN SUS RAZONAMIENTOS

Dice Pablo: “se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido, profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible.” (Romanos 1:21-23)

El hombre, impulsado por su rechazo a un Dios de ira y juicio, comenzó a utilizar su mente distorsionada para tejer argumentos filosóficos que cuestionan la existencia de ese Dios en el que los elegidos hemos creído, o lo contradicen tal como lo describe la Biblia. Rechazan la idea de que la Biblia sea la Palabra de Dios santa e infalible; es más, ni siquiera Satanás proclamaría tal absurdo. Sin embargo, el hombre, con su mente oscurecida, profiere tantas absurdidades que incluso Satanás se repugna ante la idea de acogerlos en su dominio.

Estas reflexiones humanas, bajo la influencia de una mente confundida, han llevado a la formulación no sólo de teorías filosóficas sin fundamento, sino también de religiones que han creado un dios benevolente, que no sanciona el pecado y permite que cada quien actúe según sus propios deseos. Un dios a imagen y semejanza del hombre.

Nadie ha visto a Dios, ya que es Espíritu, y el hombre ha intentado reducir a Dios a su propio nivel, creando con sus manos esculturas humanas para representarlo. La intención perversa detrás de esto es convencer a los ingenuos de que Dios es un hombre como nosotros y que su falta de revelación física es propia de un dios vanidoso y arrogante, al estilo de un actor de Hollywood. Sin embargo, los paparazzi astutos han pretendido capturarlo y despojarlo de su divinidad para mostrarlo al mundo en imágenes, las cuales son, por cierto, terribles. Así surgieron las representaciones de un dios con forma humana, con rostro bondadoso y sufriente, que perdona todo. Pero ese no es el verdadero Dios, sino un ídolo creado por la maldad del hombre pecador. Y Dios no perdonará la idolatría.

 El hombre reconocerá su error cuando venga el día de la ira de Dios, como es descrito en el libro de Sofonías 1:14-18.

“Dios está airado contra el impío cada día” (Salmo 7:11), y no perdonará a los hombres que no se arrepientan y que no reconozcan que Él es Soberano y que puede y tiene derecho de gobernar al hombre; porque Él lo creó.

La buena noticia es que DIOS DESEA SALVARNOS DE SU IRA y ofrecernos vida eterna a través de Jesucristo.

Cuando reflexiono sobre la ira de Dios, que con toda justicia podría haberse desatado sobre mí, solo puedo llorar de gratitud infinita y estar agradecido en todo momento. Si esto no representa nada para quien no cree, claramente no está en los designios divinos ser salvado de tal ira.

Puedes estar seguro de que no te perderás por falta de oportunidad, sino por rechazar la oportunidad que Dios te brinda a través de sus mensajeros, quienes día tras día llevamos el mensaje de salvación a las almas que se han perdido.

La gloria y la honra sean dadas a Dios

martes, 2 de julio de 2024

DEPRAVACIÓN TOTAL

 


“Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y por medio del pecado la muerte, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron.” (Romanos 5:12, Versión NBLA)

“...y éramos por naturaleza hijos de ira...” (Efesios 2:3)

 La Biblia nos enseña que después de la caída de nuestros primeros padres, Adán y Eva, todos los seres humanos han nacido con una naturaleza pecaminosa y corrupta, por tanto, todos estamos bajo la ira de Dios.

 Algunos pueden preguntar ¿Cuándo se convierte una persona en un pecador? La Biblia dice que nacemos con esa naturaleza, así se lee en Romanos 5:12. Esto es como preguntar ¿Cuándo se convierte en cerdo un cerdo? ¿Cuándo se revuelca por primera vez en el lodo, o ya nace así?

 Obviamente, el cerdo desde que es engendrado, ya es cerdo, y por su naturaleza, se revolcará en el lodo en cuanto pueda hacerlo. Igual sucede con la naturaleza pecaminosa del hombre, nace pecador y peca en cuanto le es posible hacerlo, aun cuando nadie se lo haya enseñado, esto podemos verlo en los niños, ellos mienten, se burlan de otros niños o los agreden.

 Pecamos porque nuestra naturaleza es pecaminosa. Nadie nace bueno, básicamente somos malos. En Jeremías 17:9 se lee “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?

 No podemos negar que hay unos seres humanos más malos que otros; pero la Biblia dice que “bueno” no hay ni uno. (Romanos 3:10-12)

 La naturaleza pecaminosa del hombre es la base teológica de la Doctrina de la Depravación Total, la que describe nuestra condición caída delante de Dios.

 La palabra Depravado viene del latín depravatus, participio del verbo depravare. Este verbo se formó sobre la raíz del adjetivo pravus que en su origen significa torcido, desviado y malformado y que de un sentido físico pasó a aplicarse en sentido moral, con el valor de pervertido y malvado. (Diccionario Etimológico)

 La Doctrina de la Depravación Total del hombre, explica que el hombre nace con una naturaleza pecaminosa que le impulsa a pecar. El pecado puede manifestarse de una y mil maneras, cada uno escoge el color de pecado que le apetece. Pero bueno, medio bueno o un poco bueno, no hay ninguno.

Antes de la caída, el ser humano era perfecto y mantenía una comunión íntima con Dios, gozando de acceso directo a su Creador y comunicándose directamente con Él. Sin embargo, cuando el ser humano pecó, se vio separado de Dios, ya que la naturaleza santa de Dios no puede coexistir con el pecado. Cualquier pecador no arrepentido permanece apartado de Dios, lo que significa que Dios no escucha ni bendice a esa persona. Dios es bueno, pero inmutable en sus decisiones; si no seguimos sus reglas, nos rechaza. Por lo tanto, no hay que creer en la falsedad de que Dios ama y bendice a todos indiscriminadamente porque Él es amor. Dios es un Dios de amor, pero también de justicia, y no eximirá una deuda. Si tenemos una deuda con Él, la exigirá y no mostrará misericordia.

 Cuando se echó a perder la imagen perfecta del hombre, Dios no sólo lo echó del Paraíso, sino que profirió maldiciones sobre él y sobre la tierra. (Génesis 3: 13-19). Una de esas maldiciones es la aparición del dolor, la enfermedad y el sufrimiento. Esta condición, por sí sola, convierte al hombre en un ser depravado (torcido, desviado).

El hombre tiene una deuda de pecado con Dios y el precio es la vida eterna. Para poder pagar su deuda, tendría que liberarse de su naturaleza pecaminosa, ser perfecto como Dios, y eso es imposible. El hombre se encuentra en bancarrota, tiene el alma podrida por el pecado y un cuerpo que se corrompe y muere. ¿Con qué le pagará el hombre a Dios si en él no hay nada de valor?

 La única manera de pagarle a Dios es tener un fiador que salde nuestra deuda, y éste es precisamente nuestro Señor Jesucristo. A eso vino, por eso murió en la cruz del Calvario, para ser nuestro fiador y pagar nuestra deuda y declararnos libres delante de Dios el Padre. Sólo aceptando a Cristo como nuestro Salvador podremos regresar a la Casa de nuestro Padre Celestial.

 Creer simplemente en Dios, no salva. Pertenecer a una iglesia, no salva. Creerse bueno, no salva. Pagarle a Dios nuestra deuda de pecado por medio de Jesucristo, es lo único que salva. Por amor a nuestros semejantes predicamos esta verdad de vida o muerte, porque al igual que Dios, no queremos que ninguno viva su eternidad en el infierno.

 La gloria y la honra sean dadas a Dios