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martes, 11 de febrero de 2025

HERENCIA

 


Lectura: 1º Reyes 21:1-16

Cita: 1ºReyes 21:3 “Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres.”

 Acab, rey de Israel, le dijo a Nabot que le vendiera su viña y que a cambio le daría otra mejor, o bien, le pagaría su valor en dinero.

Nabot le respondió: “Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres.”

 Nabot representa al cristiano que no vende ni cambia su heredad. Él no se dejó seducir por el rey, no se dejó intimidar, no se dejó deslumbrar por la propuesta de recibir algo mejor que lo que le habían heredado sus padres.

La convicción del cristiano en lo que ha creído, muchas veces es criticada como fanatismo o extremismo religioso, lo cual es un error. Simplemente creemos que Dios no miente ni se equivoca y que toda la Biblia es su Palabra. Fuera de la Biblia no existe ninguna palabra humana que tenga más autoridad para proclamar verdades de índole espiritual.

 Lamentablemente, muchos cristianos se han dejado seducir por religiones que sólo son mandamientos de hombres. Se han dejado seducir por líderes que parecen buenos. O simplemente se han dejado intimidar y han cambiado su heredad por la comodidad de callar la verdad del evangelio, para no ser objeto de críticas o discriminación en los círculos sociales. Para estas personas tiene más valor el quedar bien con los demás que el mismo evangelio.

 El apóstol Pedro negó al Maestro por temor, ¿Cuántos esconden su condición de verdaderos hijos de Dios por temor a ser crucificados por la sociedad?

 Jesús dijo que Él no había venido al mundo para traer paz, al contrario, dijo que sería causa de divisiones. Una buena pregunta sería: ¿Somos nosotros, los llamados cristianos, más prudentes que el Maestro? Pareciera que ese es el mensaje que queremos transmitir cuando no defendemos nuestras convicciones y callamos para no herir susceptibilidades.

 Ojalá pudiésemos ser como el apóstol Pablo, que no se atemorizó ante la persecución ni la cárcel, sino que oró pidiendo a Dios poder abrir la boca y que le fuese dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio y el hablar de Cristo como se debe hablar.

Nabot es una muestra del creyente que ha entendido el infinito valor de la heredad con que Dios nos ha bendecido. No nos heredó bienes materiales, sino la salvación y la vida eterna.

 

Pensamiento: No hay rey del mundo que esté por encima de mi convicción, porque mi fundamento es la Palabra de Dios.