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jueves, 1 de febrero de 2024


 

DIOS NO AMA AL PECADOR

 

La Biblia dice que Dios es Amor y el amor de Dios es Ágape, es decir, un amor que no obedece a sentimentalismos, sino al hacer lo correcto.

 Erróneamente, muchos cristianos quieren vender la idea de que Dios es Amor sin condiciones y que ama al pecador a pesar de todo. Quizás hagan esto para atraer a las personas al evangelio, quizás lo hagan por temor de decir la verdad de que Dios es Amor pero que también es Ira divina.

 Al respecto existe una frase cliché, “Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador.”

 Esta frase la dijo Gandhi y no tiene fundamento bíblico. Es una frase completamente absurda y cuestionable.

 Primero, hay que aclarar que Dios ama al pecador arrepentido, al que se acoge al plan de salvación que Él diseñó desde antes de la fundación del mundo; a este pecador es a quien ama Dios. Pero al pecador no arrepentido, a ese, Dios le aborrece.

 En la Biblia la palabra abominación, sinónimo de aborrecimiento, aparece 117 veces y significa “asqueroso, cosa detestable.” Hay una cantidad considerable de versículos que hablan de las cosas, hechos o personas que Dios abomina o aborrece, usted puede leerlas.

 Por citar sólo un ejemplo, en el SALMO 5:4-6 dice que Dios NO se complace en la maldad; que el malo NO habitará junto a Él y que los insensatos No estarán delante de sus ojos.

Que Dios DESTRUIRÁ a los mentirosos; que ABOMINA al sanguinario y engañador; que ABORRECE a todos los que hacen iniquidad.

 En este versículo hay TRES NO, que revelan tres características de la Santidad de Dios: aborrece la maldad, al malo y no le tolerará ni cerca de Él.

Luego el concepto de Dios se complementa con tres acciones que Dios ejecuta para hacer valer Su JUSTICIA: destruir, abominar y aborrecer al hacedor de maldad.

 Dios condena al pecador no arrepentido a condenación eterna: “...pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:18)

 Cuando dice “el que no cree”, claramente se refiere a personas. No dice que los pecados están condenados, dice que el incrédulo está condenado. LOS PECADOS NO VAN AL INFIERNO, SON LOS PECADORES NO ARREPENTIDOS LOS QUE ESTÁN EN EL INFIERNO.

 Por tanto, es un absurdo decir que Dios aborrece el pecado, pero que ama al pecador. Es igual que si un juez condenara a cadena perpetua los asesinatos seriales y dejara en libertad al asesino. ¡NO! El asesino es condenado por sus actos delictivos  y es él quien va a la cárcel.

 Resulta un contrasentido decirle a alguien que Dios aborrece el pecado pero que ama al pecador, porque Dios sí condena al pecador no arrepentido.

 Y resulta contraproducente, porque cuando a un inconverso se le dice eso, interpreta que a Dios no le importa cuánto ni cómo peque él, porque lo ama tal cual es. Y si Dios me ama a pesar de lo asqueroso que yo sea, ¿para qué me voy a arrepentir y para qué voy a privarme de gozar los placeres de la vida? No lo necesito, porque de todas maneras Dios, por amor, me va a perdonar lo que sea.

Entonces se está predicando una mentira y de paso se está anulando el significado del sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario. Si Dios ama al pecador no arrepentido, el sacrificio de Cristo fue innecesario. Si Dios por amor iba a concederle el perdón a todos indiscriminadamente, para qué entonces murió Cristo.

Antes de emplear frases cliché, debemos analizar cuidadosamente su significado y sus efectos, para no enseñar herejías.

 Que Dios nos ayude a todos.