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lunes, 29 de enero de 2024

QUIÉN ES BARRABÁS


 QUIÉN ES BARRABÁS

 El nombre de Barrabás está compuesto de “Bar” que significa hijo y “abass” que significa padre. Es decir, que era hijo de un padre, un hijo de alguien.

 Cuando llega el día de la crucifixión, este hombre está con Jesús. Se dice que era un criminal, responsable de alboratamiento, asesinato y robo.

En Hechos 3:4, Pedro le llama asesino y la pena para ese delito era la muerte.

 Jesús y Barrabás se encuentran delante de Pilato. Por un lado, el inocente, Jesucristo el Hijo de Dios, en el que no se encontró pecado alguno, el que hizo el bien al prójimo y sanó muchos enfermos. El que resucitó muertos ahora estaba al borde de la muerte.

Por otro lado, está Barrabás, un asesino, un criminal que estaba condenado a muerte.

 Uno de los dos va a ser clavado en una cruz. Para Barrabás, la cruz era un final merecido, tenía motivos para estar ahí. Leemos Lucas 23:13-25.

 “Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, les dijo: Me habéis presentado a este hombre como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltaré, pues, después de castigarle.

Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta. Mas toda la multitud dio voces diciendo: Fuera con éste, y ¡suéltanos a Barrabás! Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio.

Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús; pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale!

Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré. Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron.

Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.”

 Jesús fue entregado para ser crucificado y Barrabás fue puesto en libertad. El inocente fue a la cruz en lugar del culpable.

 Pero como quiera que sea, la pregunta es ¿Quién era ese BARRABÁS?

Te diré: BARRABÁS, SOMOS TÚ Y YO.

En la persona de Barrabás estamos representados como humanidad culpable de pecado, que merecíamos pagar nuestra culpa con la muerte en la cruz. Barrabás nos representa, somos todos los seres humanos que por el pecado fuimos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Todos nosotros estábamos condenados a muerte eterna, destinados al lago de fuego.

Pero entonces, aparece Jesucristo, el inocente, el que nunca cometió pecado, el Santo Hijo de Dios, el Cordero de Dios que inmolado fue en la cruz del Calvario. Jesucristo tomó el lugar que debía haber ocupado Barrabás; Él pagó todos los delitos de Barrabás y murió en su lugar. Jesucristo murió para que Barrabás quedase libre. La deuda de pecado de Barrabás fue cancelada por Jesucristo.

 BARRABÁS somos tú y yo, los que reconocemos que el sacrificio de Jesucristo fue el que nos salvó de la muerte eterna al servirnos como fiador de una deuda que no podíamos pagarle a Dios. Ahora somos libres, ahora somos salvos. Así lo leemos en Efesios 2:1-3

 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás."

Estábamos muertos en delitos y pecados y Dios nos dio nueva vida con Jesucristo.

Dios puso a Barrabás en la escena de la crucifixión para demostrar su infinito amor. Barrabás fue perdonado y tuvo nueva vida gracias a la muerte de Jesucristo.

Barrabás, igual que todos nosotros, estaba condenado a muerte, la cruz estaba hecha para él; pero Jesús ocupó su lugar, fue su mediador, su fiador.

Si Jesús no hubiera sido obediente hasta la muerte (Filipenses 2:8), Barrabás hubiese muerto ese día. De igual manera, tú y yo a través de la obediencia de Jesucristo y el amor del Padre, creyendo en Jesucristo como Señor e Hijo de Dios, pasamos de muerte a vida. De hijos de ira a hijos de Dios.

 “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Jesucristo.” (Gálatas 3:26)

 
Para la gloria y la honra de Dios.

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