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lunes, 25 de marzo de 2024

 







SIMÓN DE CIRENE

 La Biblia dice en Mateo 27:32 “Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz.”

 Cirene es una ciudad que se encuentra en África, en lo que hoy es Libia, a unas 900 millas de Jerusalén. Este Simón, probablemente era judío y había venido para celebrar la Pascua. En Marcos 15:21, se nos dice que este Simón tenía dos hijos, Alejandro y Rufo.

 Aparte de eso no conocemos más detalles acerca de Simón de Cirene. Sin embargo, podemos hacernos varias preguntas y extraer enseñanzas de mucho valor para nuestra vida cristiana:

 ¿Por qué Simón fue obligado a llevar esa cruz?, Si él nada tenía que ver. Por otra parte, ¿Por qué, de manera arbitraria, los soldados lo desvían de su camino?

 Bueno, seguramente los soldados que custodiaban y torturaban a Jesús, pudieron darse cuenta de que estaba exhausto, que por su gran debilidad ya había caído varias veces y decidieron ayudarlo para aligerar el proceso y no por compasión.

 ¿Qué mensaje nos trasmite la experiencia de Simón de Cirene?

  1-El encuentro con Jesús ocurre de manera inesperada, llega sin aviso, cuando Dios lo decide, sin que nosotros intervengamos para nada. Por pura gracia, Dios nos ha elegido para salvación, desde antes de la fundación del mundo.

 Simón de Cirene, al parecer se convirtió con toda su familia, en el día de Pentecostés.  

 2-El hombre hace planes, pero Dios es quien escribe la historia. Simón llevaba prisa porque iba a preparar todo para la Pascua, pero Dios le dijo “no, no, no, tú tienes algo más importante que hacer, toma tu cruz y sígueme.”

   3-Otra enseñanza que podemos aprender es que la cruz puede llegar de repente, esto en referencia a las adversidades de la vida, en cualquier momento llegan y entonces, destruyen todos nuestros planes, pero siempre debemos confiar en que los planes de Dios son buenos y perfectos, aun cuando no lo entendamos en el momento. Debemos tener la certeza de que Dios siempre está con nosotros, así como Jesús caminó al lado de Simón, aun cuando su sufrimiento era extremo.

  4-Por último, una enseñanza de gran importancia es que no sólo debemos llevar nuestra cruz, sino que debemos llevar la cruz de otros que lo necesiten, sin poner pretextos, sin postergar la ayuda y con la actitud correcta en el corazón, sin renegar; porque a eso nos llamó Dios, a amar al prójimo. ¿Y qué es amar?  Sino servir.         

jueves, 7 de marzo de 2024

La Cabra Judas

 

LA CABRA JUDAS

La Cabra Judas, es una cabra de pastoreo, capacitada para asociarse con ovejas o ganado. Esta cabra conduce a las ovejas a la masacre, mientras que su propia vida está a salvo.

A principios del S XIX, era una práctica común en los Estados Unidos, que las Cabras Judas, fueran entrenadas par unirse a un rebaño de ovejas. Las mantenían junto a las ovejas el tiempo suficiente para ganar su confianza. Una vez que las ovejas estaban familiarizadas con su Cabra Judas, la seguían hasta donde ella quisiera llevarlas, de esta manera eran llevadas al matadero.

El día de la matanza, las ovejas la seguían y al pasar por la rampa del matadero, una vez que todas habían entrado, la Cabra Judas salía por un lugar reservado para ella, así salvaba su vida y podía continuar haciendo su trabajo sucio.

Es importante destacar que el balido de una cabra es casi idéntico al de una oveja, es por ello que el rebaño las acepta.

Jesús advirtió que se levantarían muchos falsos profetas y que engañarían a muchos. (Mateo 24:11)

La presencia de los falsos profetas dentro de la iglesia cristiana es un asunto que no puede esconderse. Si la gente no los detecta, es sencillamente porque no saben discernir entre la sana y la falsa doctrina, debido a falta de conocimiento de la Palabra de Dios. 

Esto no es un asunto sin importancia, porque el Señor no perdonará a nadie que se excuse diciendo que no sabía.

 Desde tiempos antiguos, Dios fue claro, dijo: “Mi pueblo pereció por falta de conocimiento.”

 Sin embargo, la ceguera espiritual no le permite a los incautos aceptar la exhortación y se aferran a sus falsos profetas, que son los que están preparando el camino para el Anticristo.

La misión de los falsos profetas, emisarios de Satanás, funciona de la misma manera que la Cabra Judas. Ellos están llevando hacia el matadero a miles de miles que se autodenominan cristianos. 

Los falsos profetas predican muy parecido a un hombre de Dios, exaltan su Nombre, pero nunca hablan de salvación, menos de arrepentimiento. Han introducido en sus mensajes toda clase de argumentos filosóficos y de psicología para darle solución a cualquier problema de la vida cotidiana. 

Los falsos profetas apelan a las emociones de sus oyentes. Los escuchas se entusiasman y se sienten capaces de lograr todo lo que se propongan, creen que hasta es posible que les salgan alas para volar adónde quieran. Esto es así, porque les falta conocimiento.

Jesús dijo “mis ovejas conocen mi voz y me siguen.” 
La voz de Dios está viva en su Palabra escrita, hay que escudriñarla para aprender a distinguir entre un verdadero mensajero y entre un falso profeta. 
No hay peor cosa que creer que es Dios quien habla, cuando en realidad estamos escuchando a una Cabra Judas, que sólo está llevando a los insensatos al matadero.
La gloria y la honra sean dadas a Dios.
HRM

 

martes, 20 de febrero de 2024

EL EVANGELIO SE TRADUCE EN UNA VIDA PRÁCTICA






 Lectura: 1ª Pedro 2:9-25

Cita: 1ª Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” 


 Muchas veces pareciera que es imposible reconciliar el nivel espiritual con la vida práctica. Se piensa que la Palabra de Dios contiene enseñanzas preciosas para ser leídas en los momentos libres o en los momentos en que atravesamos una dificultad. Si bien esto es cierto, también lo es que el evangelio, además de poseer espíritu es práctico y debe ser aplicado en todas las actividades de nuestro diario vivir.

Dios nos mostró que el evangelio es eminentemente práctico, nació en un pesebre, se manifestó en medio de las necesidades de los pobres, de los enfermos, de los endemoniados y de todos los menesterosos, para evidenciar que el reino de Dios se había acercado.

El evangelio no se quedó en las alturas emitiendo una potente voz desde una nube, sino que estuvo entre nosotros, porque el verbo se hizo carne. El Invisible se hizo visible en Jesucristo, en Él se reconcilió la dimensión espiritual con la dimensión práctica.

La pregunta sería: ¿Está Dios en tu vida diaria? ¿Reflejas la gloria de Dios en tu andar y en tu hablar? ¿O simplemente eres cristiano dominical? ¿Tienes ídolos todavía, no de yeso, sino de personas o de bienes materiales que te apartan de Dios?

Tú y yo debemos evidenciar una vida práctica que honre a Dios. Dentro de nuestro desenvolvimiento debe haber un rasgo característico que nos distinga del mundo, que le diga a la gente que le pertenecemos a Jesucristo, que nos llamen luz y sal del mundo, que realmente demostremos que somos una familia escogida por Dios, un pueblo santo, un ejército de hombres y de mujeres que anuncian las virtudes de Dios, con el ejemplo.

El evangelio es algo más que ser miembro de una congregación cristiana, más que cantar coritos y alabanzas, más que levantar las manos y gritar aleluya. El evangelio es una manera de vivir en santidad, de amar al prójimo, de perdonar, de anunciar el evangelio y de reflejar en nuestra vida la luz de Jesucristo.

Hoy es un buen momento para colocarse bajo la lupa de Dios y si hemos estado fallando, reconciliémonos con Él, que nada ni nadie nos estorbe para alcanzar las promesas y galardones que nos ha preparado. El paso por el mundo es ligero, vale la pena ser fiel aquí y ahora, pues la eternidad no tiene fin.

Ojalá que antes de hablar o de actuar, cada uno de nosotros pensara por un momento, si lo haríamos igual estando el Señor delante. Porque, aunque no lo miremos, Él siempre está ahí.


 Pensamiento: Nuestra vida práctica es la manera más efectiva para predicar el evangelio de Jesucristo. 

 


lunes, 12 de febrero de 2024

El Perdón

 

 Cita: Mateo 18: 33  

“¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?”


El apóstol Pedro le pregunta a Jesús: “¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí?  ¿Hasta siete?”

Según la tradición judía, se podía perdonar hasta tres veces. Pero Pedro, queriendo mostrar su nobleza de corazón, dice que está dispuesto a perdonar hasta siete veces.
Jesús va más allá, le responde que debe perdonar hasta setenta veces siete, significando esto que el perdón es ilimitado y le refiere una parábola:

 El Maestro relata que un siervo le debía al Rey diez mil talentos (equivalentes hoy a unos     $10, 800,000 dólares). No teniendo como pagarlos, se postró delante de su Señor y le suplicó paciencia, que él le pagaría todo. El Rey movido a misericordia le perdonó la deuda.

Aquel siervo salió de la presencia del Rey dando saltos de alegría, va jubiloso cantando por las calles, cuando de repente, sucede algo increíble: Encuentra a un consiervo suyo, el que le debía cien denarios (equivalentes hoy a unos $ 18 dólares). Con lujo de violencia lo agarra por el cuello y lo está ahorcando para exigir que le pague. No valieron las súplicas del consiervo, y aquel que acababa de ser perdonado por su Señor, lo echó en la cárcel.

La vieja naturaleza no quiere perdonar, lo único que quiere es descargar su ira y vengarse. La vieja naturaleza sólo quiere ahorcar a todo aquel que le deba algo, por insignificante que sea.
En cada ser humano, esta vieja naturaleza adquiere diferentes matices, unos más virulentos, otros más inocuos; pero todos, igualmente lesivos.

Esta es la tragedia del ser humano, sabiendo que él necesita de perdón, es incapaz de perdonar a otros. Aun sabiendo que Dios le ha perdonado deudas mucho mayores, y, francamente impagables.

¡Pero cuidado!  La historia tiene un final justo. El siervo malo fue llamado nuevamente ante la presencia del Rey, quien enterado de lo que había hecho con su consiervo, lo echó a la cárcel para que le pagase todo lo que le debía.

Dios nos llama a cuentas todos los días y nos ordena perdonar a los demás como Él nos ha perdonado a nosotros. Dios, además, es paciente, nos concede el tiempo suficiente para que procedamos a arrepentimiento. 

Muchas veces las personas se confunden, porque todo les sale bien y se sienten bendecidos y prosperados; pero es sólo la misericordia de Dios que les está una oportunidad para arrepentirse. Un día el tiempo de Dios y Su paciencia, llegan a término, y Dios hace justicia al agraviado con Mano Fuerte. Dios no puede ser burlado.

Pensamiento: Si no deseas que Dios te cobre lo que le debes, perdona a los que te deben.

jueves, 8 de febrero de 2024

LA MALDICIÓN DE LA LEY





LA MALDICIÓN DE LA LEY

En el Antiguo Testamento, Dios entregó a Moisés las leyes que debía cumplir el hombre para salvarse de la condenación eterna. El requisito consistía en cumplir toda la ley a cabalidad. Si una ley era violada, automáticamente el infractor estaba bajo condenación, considerándose maldito. (Deuteronomio 28:15)

Cuando Jesucristo vino al mundo para ofrecer salvación al pecador, dice en Gálatas 3:13 que: “Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, Pues está escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero.” (NVI)

Cuando decimos que Cristo nos rescató de la maldición de la ley, debemos estar conscientes de lo que eso realmente significa, porque no fuimos eximidos de cumplir la ley de Dios.

Si Dios nos hubiese eximido de cumplir Su ley, estaría negando su Naturaleza Santa y ya no sería una obligación el cumplimiento del mayor de todos los mandamientos que dice que debemos amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

 Por otra parte, que Dios nos libere de cumplir Su ley sería un contrasentido y chocaría con lo dicho por Jesucristo en Mateo 5:17-18: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar, sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas.” (RV)

 Entonces, ¿Qué es lo que cambió en las demandas de Dios para con el pecador?

 La condición de cumplir a la perfección toda la ley de Dios para ser salvos, fue cumplida por Jesucristo, Él cumplió la ley, pero además pagó el precio de nuestro pecado al morir en lugar de nosotros en la cruz del Calvario.

Aquí es donde ocurre el mayor milagro y la mayor prueba de amor que Dios nos ha dado. Jesús, como hombre, nació bajo la ley de Moisés y como vimos, Él dijo que no había venido a abrogar la ley, sino a cumplirla. Jesús cumplió la ley en manera perfecta, porque Él nunca pecó, satisfizo absolutamente todo lo que la ley demandaba. La ley se cumplió, no se abrogó.

Cuando un pecador arrepentido acepta a Jesús como su Salvador, está aceptando que Jesús es su representante legal delante de Dios, y esto sólo es posible por la fe, porque no es algo que pueda materializarse físicamente. Lo creemos por la sola Fe.

Entonces lo que cambió fue la condición. Ahora ya Dios no nos pide el requisito de cumplir la ley a cabalidad, sino que la condición es creer en Cristo por la fe. 

Aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador, se traduce en que para Dios es como si nosotros mismos hubiésemos cumplido a perfección la ley y como si hubiésemos pagado el precio del pecado en la cruz del Calvario. La justicia de Jesucristo le ha sido imputada al pecador arrepentido.

Jesucristo, de eternidad a eternidad ha sido obediente al Padre, y si nosotros queremos honrarlo y darle gloria, entonces sabremos y entenderemos que el cumplimiento de la ley sigue siendo una obligación moral y que no tenemos luz verde para quebrantarla deliberadamente.

Nunca olvidemos que como dice el apóstol Pablo en su carta a los Romanos, por la obediencia de uno (Cristo), muchos son hechos justos.

 Toda la gloria sea dada a Dios.


jueves, 1 de febrero de 2024


 

DIOS NO AMA AL PECADOR

 

La Biblia dice que Dios es Amor y el amor de Dios es Ágape, es decir, un amor que no obedece a sentimentalismos, sino al hacer lo correcto.

 Erróneamente, muchos cristianos quieren vender la idea de que Dios es Amor sin condiciones y que ama al pecador a pesar de todo. Quizás hagan esto para atraer a las personas al evangelio, quizás lo hagan por temor de decir la verdad de que Dios es Amor pero que también es Ira divina.

 Al respecto existe una frase cliché, “Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador.”

 Esta frase la dijo Gandhi y no tiene fundamento bíblico. Es una frase completamente absurda y cuestionable.

 Primero, hay que aclarar que Dios ama al pecador arrepentido, al que se acoge al plan de salvación que Él diseñó desde antes de la fundación del mundo; a este pecador es a quien ama Dios. Pero al pecador no arrepentido, a ese, Dios le aborrece.

 En la Biblia la palabra abominación, sinónimo de aborrecimiento, aparece 117 veces y significa “asqueroso, cosa detestable.” Hay una cantidad considerable de versículos que hablan de las cosas, hechos o personas que Dios abomina o aborrece, usted puede leerlas.

 Por citar sólo un ejemplo, en el SALMO 5:4-6 dice que Dios NO se complace en la maldad; que el malo NO habitará junto a Él y que los insensatos No estarán delante de sus ojos.

Que Dios DESTRUIRÁ a los mentirosos; que ABOMINA al sanguinario y engañador; que ABORRECE a todos los que hacen iniquidad.

 En este versículo hay TRES NO, que revelan tres características de la Santidad de Dios: aborrece la maldad, al malo y no le tolerará ni cerca de Él.

Luego el concepto de Dios se complementa con tres acciones que Dios ejecuta para hacer valer Su JUSTICIA: destruir, abominar y aborrecer al hacedor de maldad.

 Dios condena al pecador no arrepentido a condenación eterna: “...pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:18)

 Cuando dice “el que no cree”, claramente se refiere a personas. No dice que los pecados están condenados, dice que el incrédulo está condenado. LOS PECADOS NO VAN AL INFIERNO, SON LOS PECADORES NO ARREPENTIDOS LOS QUE ESTÁN EN EL INFIERNO.

 Por tanto, es un absurdo decir que Dios aborrece el pecado, pero que ama al pecador. Es igual que si un juez condenara a cadena perpetua los asesinatos seriales y dejara en libertad al asesino. ¡NO! El asesino es condenado por sus actos delictivos  y es él quien va a la cárcel.

 Resulta un contrasentido decirle a alguien que Dios aborrece el pecado pero que ama al pecador, porque Dios sí condena al pecador no arrepentido.

 Y resulta contraproducente, porque cuando a un inconverso se le dice eso, interpreta que a Dios no le importa cuánto ni cómo peque él, porque lo ama tal cual es. Y si Dios me ama a pesar de lo asqueroso que yo sea, ¿para qué me voy a arrepentir y para qué voy a privarme de gozar los placeres de la vida? No lo necesito, porque de todas maneras Dios, por amor, me va a perdonar lo que sea.

Entonces se está predicando una mentira y de paso se está anulando el significado del sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario. Si Dios ama al pecador no arrepentido, el sacrificio de Cristo fue innecesario. Si Dios por amor iba a concederle el perdón a todos indiscriminadamente, para qué entonces murió Cristo.

Antes de emplear frases cliché, debemos analizar cuidadosamente su significado y sus efectos, para no enseñar herejías.

 Que Dios nos ayude a todos.


lunes, 29 de enero de 2024

QUIÉN ES BARRABÁS


 QUIÉN ES BARRABÁS

 El nombre de Barrabás está compuesto de “Bar” que significa hijo y “abass” que significa padre. Es decir, que era hijo de un padre, un hijo de alguien.

 Cuando llega el día de la crucifixión, este hombre está con Jesús. Se dice que era un criminal, responsable de alboratamiento, asesinato y robo.

En Hechos 3:4, Pedro le llama asesino y la pena para ese delito era la muerte.

 Jesús y Barrabás se encuentran delante de Pilato. Por un lado, el inocente, Jesucristo el Hijo de Dios, en el que no se encontró pecado alguno, el que hizo el bien al prójimo y sanó muchos enfermos. El que resucitó muertos ahora estaba al borde de la muerte.

Por otro lado, está Barrabás, un asesino, un criminal que estaba condenado a muerte.

 Uno de los dos va a ser clavado en una cruz. Para Barrabás, la cruz era un final merecido, tenía motivos para estar ahí. Leemos Lucas 23:13-25.

 “Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, les dijo: Me habéis presentado a este hombre como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltaré, pues, después de castigarle.

Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta. Mas toda la multitud dio voces diciendo: Fuera con éste, y ¡suéltanos a Barrabás! Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio.

Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús; pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale!

Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré. Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron.

Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.”

 Jesús fue entregado para ser crucificado y Barrabás fue puesto en libertad. El inocente fue a la cruz en lugar del culpable.

 Pero como quiera que sea, la pregunta es ¿Quién era ese BARRABÁS?

Te diré: BARRABÁS, SOMOS TÚ Y YO.

En la persona de Barrabás estamos representados como humanidad culpable de pecado, que merecíamos pagar nuestra culpa con la muerte en la cruz. Barrabás nos representa, somos todos los seres humanos que por el pecado fuimos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Todos nosotros estábamos condenados a muerte eterna, destinados al lago de fuego.

Pero entonces, aparece Jesucristo, el inocente, el que nunca cometió pecado, el Santo Hijo de Dios, el Cordero de Dios que inmolado fue en la cruz del Calvario. Jesucristo tomó el lugar que debía haber ocupado Barrabás; Él pagó todos los delitos de Barrabás y murió en su lugar. Jesucristo murió para que Barrabás quedase libre. La deuda de pecado de Barrabás fue cancelada por Jesucristo.

 BARRABÁS somos tú y yo, los que reconocemos que el sacrificio de Jesucristo fue el que nos salvó de la muerte eterna al servirnos como fiador de una deuda que no podíamos pagarle a Dios. Ahora somos libres, ahora somos salvos. Así lo leemos en Efesios 2:1-3

 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás."

Estábamos muertos en delitos y pecados y Dios nos dio nueva vida con Jesucristo.

Dios puso a Barrabás en la escena de la crucifixión para demostrar su infinito amor. Barrabás fue perdonado y tuvo nueva vida gracias a la muerte de Jesucristo.

Barrabás, igual que todos nosotros, estaba condenado a muerte, la cruz estaba hecha para él; pero Jesús ocupó su lugar, fue su mediador, su fiador.

Si Jesús no hubiera sido obediente hasta la muerte (Filipenses 2:8), Barrabás hubiese muerto ese día. De igual manera, tú y yo a través de la obediencia de Jesucristo y el amor del Padre, creyendo en Jesucristo como Señor e Hijo de Dios, pasamos de muerte a vida. De hijos de ira a hijos de Dios.

 “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Jesucristo.” (Gálatas 3:26)

 
Para la gloria y la honra de Dios.