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jueves, 27 de junio de 2024

NAZARET EN TIEMPOS DE JESÚS


 “Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve”. (Juan 1:46).

 Nazaret, en tiempos de Jesús, era una aldea muy pequeña. Había muchos terraplenes y muros de contención. En época de lluvia era un desastre, por eso las casas tenían en las puertas un alto peldaño de piedra, para evitar que las torrenteras que venían de lo alto del Nebi, las inundaran.

 La basura y el lodo formaban grandes montones apestosos, cubiertos de moscas y gatos. En contraste, había muchas flores en todas las casas: menta, jazmín, tulipanes, narcisos, anémonas y rosas.

Debido al patético y asqueroso panorama surgió la frase “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?

 Aunque nos parezca increíble, de ahí salió lo más sublime que haya pisado la tierra: Jesús de Nazaret.

 Los prejuicios son tan viejos como la humanidad misma y su curva de crecimiento sigue siendo ascendente. Aun dentro del pueblo evangélico, hay hermanos que se dejan impresionar por el nombre y la fama de “grandes predicadores”. Corren tras ellos, como si fuesen personajes de la farándula o el cine, aun cuando no prediquen la sana doctrina. 

Olvidan que el Maestro antes de ser Pastor de ovejas, fue carpintero. Olvidan que Jesús no buscó discípulos de entre las clases altas, sino entre humildes pescadores y gente del pueblo. Jesús comía con los pobres y con los pecadores. Jesús tampoco fue a predicar a los palacios de los emperadores, sino que recorrió las aldeas y los caminos más sucios y polvorientos.

Jesús escogió a sus discípulos de entre gente humilde. A esos hombres rústicos y poco educados escogió el Maestro para que predicasen el evangelio a todo el mundo.

Hoy se buscan grandes teólogos. Predicadores con mega iglesias, que te venden ilusiones para hacerte sentir bien, para ofrecerte prosperidad y riquezas; pero que nunca hablan de arrepentimiento ni de la salvación, que es la parte medular de la Gran Comisión que dejó el Maestro.

El siervo fiel, no será el centro de la predicación, en cambio, hablará con la y verdad proclamada por Jesús y al pecado le llamará pecado sin temor a herir sentimientos, porque no hay peor maldad en el mundo espiritual, que decirle a un consiervo que va perfecto en su andar cuando está muerto en delitos y pecados. 

El siervo fiel y humilde, no predica por ganancia, sino por amor al prójimo. Pero es descalificado, porque no brilla como los famosos. 

 Bienaventurados los que leen y entienden que en medio del lodo también pueden crecer jazmines y tulipanes.

 

 

 

 

 

 

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